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sábado, 22 de marzo de 2014

Nuevo Baztán. El sueño de la Ilustración


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En el sureste de Madrid se encuentra un pueblo que es una reliquia de un experimento de la Ilustración, otro experimento más de los varios que jalonaron el S XVIII y que, acabó fracasando como otros muchos, si bien ha llegado hasta nuestros días como un ejemplo de aquel titánico esfuerzo de los gobernantes ilustrados por impedir que nuestro país quedara retrasado con respecto a los otros países europeos; se trata de Nuevo Baztán, producto del empeño del navarro Juan de Goyeneche en colaboración con José Benito de Churriguera, destacadísimo arquitecto y escultor del barroco.
Vista del Palacio e iglesia de Nuevo Baztán

Corrían los primeros años del S XVIII y la Guerra de Sucesión asolaba España; Goyeneche, antiguo colaborador del último rey de la casa de Austria y decidido partidario de la causa del Duque de Anjou como pretendiente al trono español vacante, puso primero sus recursos económicos al servicio de la causa que defendía y luego decidió ser él el motor que hiciera aplicar las teorías económicas que, puestas en práctica años antes por Colbert en Francia, habían significado el despegue económico de esta nación y su posterior hegemonía política. De ahí surgió la idea de crear un pueblo industrial que fuera el modelo para otros que se fueran poniendo en marcha y que fueran dando a España la independencia comercial e industrial de la que carecía en ese momento. Para poner en marcha este proyecto, Goyeneche contó con la colaboración de José Benito de Churriguera, al que se debe el diseño urbanístico y arquitectónico del conjunto, que se ubicó en terrenos del pueblo entonces conocido como Olmeda de la Cebolla y hoy como Olmeda de las Fuentes.
Curioso nombre que ostenta la Plaza del Mercado
Vista de la Plaza del Mercado con la Fábrica de Paños al fondo


Se decidió hacer un conjunto mixto donde se contara con una zona agrícola y ganadera y otra industrial, con la zona de mercado y fiestas, el palacio y la iglesia en el centro. Hasta ese momento, las ciudades habían crecido de forma anárquica sin ninguna ordenación y Nuevo Baztán fue uno de los primeros ejemplos de urbanismo racional y planificado.
Acceso a la Plaza de Fiestas
Vista de la Plaza de Fiestas
                               

Acceso a la Plaza de Fiestas junto al Centro de Interpretación

En poco tiempo se creó una fábrica de paños que permitiría la fabricación de los mismos y podría suponer el final de la dependencia de las importaciones. Le siguió la fábrica de vidrio, que llegó a contar con una serie de especialistas de primera línea y que llegó a ser de las principales de Europa, sería irónicamente su gran calidad la que provocaría en parte su final; el resto de los fabricantes europeos, vieron peligrar sus ventas debido a la gran calidad de los vidrios de Nuevo Baztán y decidieron bajar sus precios, por lo que Goyeneche se vio obligado a almacenar toda la producción a la espera de mejores circunstancias; unido a esto hubo que trasladar la fábrica a Villanueva de Alcorcón porque se había agotado la leña de Nuevo Baztán; sin embargo en la nueva localización, los artesanos no pudieron conseguir la calidad que se había conseguido anteriormente y la fábrica hubo de cerrar. Aquello fue el principio del fin para aquel sueño; las fábricas fueron cerrando en poco tiempo, la coyuntura económica del país tampoco ayudaba a ello y Nuevo Baztán fue quedando abandonado y olvidado poco a poco hasta que en el SXX no era más que un conjunto de casas ruinosas, en las que sobresalía el palacio, habitado por un okupa de altos vuelos que se instaló allí y lo habitó durante décadas hasta qu las deudas contraídas obligaron a desalojarle quedándose el Banco Español de Crédito con el edificio y cediéndolo a la Comunidad de Madrid, que acometió la rehabilitación de algunos de los lugares más destacados del pueblo: el palacio, la plaza de fiestas, la bodega, donde un pequeño museo y un centro de interpretación nos ilustra la historia de Nuevo Baztán de la mano de sus amables empleadas.
Iglesia de San Francisco Javier en Nuevo Baztán
Vista de la cúpula de la iglesia
                                   
Retablo y altar mayor

Tuve la suerte de visitar Nuevo Baztán un día que la visita era algo más extensa de lo habitual, ya que  se iba a enseñar la iglesia y hacer un recorrido por el pueblo, cosa que, al parecer no siempre se hace; al menos la parte de la iglesia. El caso es que es algo muy recomendable porque la visita incluye la cripta, que resulta curiosa e interesante.

Aquí os dejo unas fotos del recorrido tanto por el pueblo como por la iglesia y su cripta. Y de nuevo, no dejéis de visitar esta pequeño trozo de historia, cualquier época del año es buena pero en verano en su Plaza de Fiestas suelen poner cine al aire libre y el segundo domingo de marzo celebran también la Javierada, así que hay dos buenas excusas para acercarse por allí.
Vista genetral de la cripta
Cripta. Detalle





Rincón de la cripta
                                                     
Fábrica de paños, a la espera de mejores tiempos


Plaza de la Cebada, en la zona agrícola

Goyeneche contemplando su obra

Iglesia y palacio de Nuevo Baztán



miércoles, 1 de enero de 2014

La Tejera Negra. En busca de las imágenes de otoño


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Parque Eólico
Excursión pleno otoño hasta el hayedo de la Tejera Negra para intentar captar los colores de esta estación. ya veremos que nos encontramos así que salimos por la N-I camino de nuestro destino. Pasado Somosierra, llegamos al desvío 103, en el que cogemos la N-110 con dirección a Cerezo de Arriba, que pasaremos de largo así como Riaza donde tomaremos la SG-V-1111, que nos lleva hasta Santibáñez de Ayllón, donde cogemos la C114 hacia la derecha y la seguimos hasta que se transforme en la CM110 y coronemos un portacho ocupado por un parque eólico, tras lo cual seguimos por la misma carretera hasta encontrarnos a nuestra derecha el desvío a la GU-146, que nos lleva hasta otro desvío a la derecha que nos lleva hasta Cantalojas, que atravesaremos hasta llegar al acceso al parque y será donde habrá de quedarse el coche si no tenemos reserva, que no es el caso así que podemos llegar hasta el aparcamiento del hayedo, donde se iniciará nuestra excursión.

El aparcamiento se ubica en una pequeña explanada junto al rio Lillas que seguiremos en nuestro recorrido, bastante concurrido por otro lado; había numerosos grupos,algunos muy animados y otros muy bulliciosos; algunos muy preparados para la caminata, nada difícil, y otros bastante curiosos, con alguna mujer con abrigo de piel y zapatos de tacón acompañada del correspondiente señor con corbata.

Desde el principio ya nos dimos cuenta de dos cosas, la primera era que hacía bastante viento y habría que caminar buscando los sitios más abrigados que fuera posible; la segunda ya era más grave, dada la distancia que habíamos recorrido: las hayas ya no tenían hojas... vaya.

Carbonera
Existen dos rutas circulares: la Senda de Carretas y la Senda del Robledal, nosotros cogimos la primera, para la que se necesita reserva durante el otoño. Hay otras rutas pero ninguna precisa la mencionada reserva.

Durante el trayecto, ascendente hasta el punto central del recorrido, vamos viendo primero algunas actuaciones humanas que han tenido lugar a lo largo del tiempo en el recinto del hayedo, así vemos algunas colmenas y, más adelante, una explotación de carbón vegetal con una explicación de cómo se realizaba la tarea.

El camino es sencillo, salpicado de puentecillos sobre riachuelos pero, debido a las recientes lluvias y el frío intenso, unido al hecho de que la vegetación es ciertamente espesa hasta el punto de hacer difícil el paso del sol, las ramas de las plantas más cercanas a los arroyos se encuentran heladas, también hay zonas en las que el camino se encuentra helado y hay que caminar con bastante cuidado. Las hojas de roble y de haya se mezclan en el suelo y se amontonan en algunos puntos en conjuntos de distintas tonalidades del ocre; aquí y allá algún tejo se deja ver entre los troncos desnudos.


El valle se cierra en una subida ya un poco más trabajosa, sobre todo por el hecho de que en tramos está helada pero el sol ha salido y nos anima a seguir subiendo hasta que llegamos a nuestro premio, la pradera de Matarredonda, donde se nos presenta una espectacular panorámica de la sierra; se encuentra parcialmente nevada y el viento azota sin parar, lo que no quita para que pasemos un buen rato haciendo fotos y paseando porque el sitio merece la pena: enormes montañas cierran el paso a un lado y, mirando hacia el sur, el valle se va abriendo poco a poco hasta la lejana llanura que se adivina al fondo dando la ilusión de que es un océano.
Desde Matarredonda

Pero hay que seguir adelante, hemos llegado hasta el ecuador de nuestro recorrido y nos ponemos en marcha de retorno hacia el aparcamiento siguiendo la ruta marcada para completar el círculo. Hay que ir con cuidado porque el camino descendente está mucho más helado que el ascendente, ya que está orientado al Norte y, por tanto en la zona umbría.
Desde Matarredonda

Poco a poco vamos perdiendo altitud y la nieve y el hielo van dando paso al suelo esponjado de las praderas de montaña. hacemos un alto en unas rocas para tomar un colacao que nos reconforte de los fríos pasados antes de afrontar el último tercio de nuestra excursión. Seguimos poco después en un descenso que no tendrá fin hasta que lleguemos al aparcamiento; como curiosidad diremos que la bajada es bastante más pronunciada que la subida, es más, al llegar abajo, nos preguntamos cómo puede haber sido posible que hayamos subido tanto como hemos bajado,sin apenas enterarnos más que en el tramo final de la subida.


Llegamos por fin al punto de partida, donde comemos y rematamos el termo de colacao antes de salir del parque rumbo a Cantalojas y de ahí a Galve de Sorbe a ver su castillo.

Tras una parada intermedia para fotografiar un puentecillo, llegamos a Galve de Sorbe, dominado por su castillo. Este lugar, en origen puesto fronterizo árabe, fue dominio del Infante Don Juan Manuel, el autor de El Conde Lucanor, y aquí hubo una fortaleza que el infante tuvo que demoler como prueba de lealtad a su rey, Alfonso VIII, con el que mantuvo varios conflictos. El castillo que hoy día domina la población fue mandado construir por Diego López de Estúñiga; siglos después pasó a depender de la casa de Alba que lo cedió al Estado, quien lo subastó siendo hoy día propiedad particular y encontrándose en un estado bastante lamentable.
Castillo de Galve de Sorbe


Tras esta visita, emprendemos el camino de regreso, deshaciendo el camino hecho esa mañana y parando de nuevo en el parque eólico para ver cómo el sol frío de otoño se oculta tras las montañas.